Volvemos a los lugares
de los que nos fuimos
con un deseo
de encontrar
lo que fuimos
y sentir presencia
de no habernos ido.
Huelo rincones
y simplemente pienso
que fue otro el que fue
y no he venido si no he ido.
Quién salió no era
aquél que debió ser.
Corre una lágrima
por el brazo del sillón
posa en el hueco
que un día ocupó
sin valorar nada
de lo que amó.